Aspectos esenciales de la ansiedad social

Aspectos esenciales de la ansiedad social

El sentirnos “expuestos” dentro de algunos contextos, específicamente sociales, es algo natural, ya que es la manera en la que nuestros mecanismos de defensa nos hacen saber que se encuentran alerta, y buscan con esta sensación el protegernos, manteniéndonos atentos ante lo que ocurre alrededor. Hablar o realizar una actividad en público (cantar, tocar un instrumento, hacer una presentación…), tener una primera cita, conocer nuevas personas en diferentes entornos, dar una opinión controversial y poder convertirse en el centro de atención, son situaciones que pueden activar nuestras alarmas, haciéndonos sentir inseguros y tal vez incómodos en la interacción con el otro.

El cómo reaccionamos ante estas sensaciones depende de múltiples factores: nuestro nivel de autoestima, nuestro autoconcepto, nuestros recursos internos, el nivel de confianza que tenemos con la o las personas con quienes nos encontremos, lo mucho o poco que nos conozcamos a nosotros mismos, y el tipo de herramientas con las que contamos para gestionar la ansiedad o el malestar, entre otros.

En este sentido, cuando la “exposición” ante la situación social se percibe como muy alta, y los recursos o herramientas internas con las que contamos son escasas o poco efectivas, es probable que se produzca un malestar muy intenso, haciéndonos percibir que nos encontramos bajo el escrutinio o juzgamiento por parte de los demás, y cuyo resultado es negativo o desfavorable para nosotros.

Los síntomas de este malestar pueden ir desde la sudoración o agitación, hasta un bloqueo generalizado, impidiéndonos incluso hablar o interactuar cuando nos encontramos con otra u otras personas. Es aquí donde la ansiedad pasa de ser un mensaje de nuestros mecanismos de defensa, a convertirse en un agente limitante que interfiere en nuestra vida y nos frena, originándonos frustración e intranquilidad. Puede llegar a ser tan limitante, que incluso el sólo hecho de pensar en posibles o futuros escenarios sociales nos genere miedo o nerviosismo.

Lo ideal tanto para identificar con certeza como para gestionar adecuadamente la ansiedad social es buscar apoyo por parte de un profesional de la salud mental, no sólo para aprender a conducirla mejor, sino para identificar aquello tanto de tu historia personal como de tu autoconcepto que pueda estar influyendo en la manera como interactúas con los demás. Conocerte con un mayor nivel de profundidad y desarrollar las estrategias más adecuadas, que mejor se adapten a ti, para poder desenvolverte de una manera funcional y fluida en diversos contextos sociales, será la clave a la hora de abordar la ansiedad social.

Dentro del proceso terapéutico se podrá trabajar en identificar y modificar patrones de pensamiento, ejercicios de relajación o meditación, terapia de exposición, potenciación del autoestima, o incluso la asociación libre.

Esto no quiere decir que la ansiedad desaparezca por completo y no vuelvas a sentir aquella “alerta” frente a diferentes entornos sociales; significa que tu relación con la ansiedad se modificará y dejará de ser limitante, y pasará a ser parte de los mensajes internos que puedes escuchar y gestionar de manera más eficiente.

Y tú ¿te sientes identificado con lo descrito? ¿Crees que te convendría desarrollar mejores herramientas para desenvolverte de manera más fluída en contextos sociales?