Evitar las emociones genera ansiedad – Alejandro

1) Evitar las emociones genera ansiedad. A continuación se expone el mecanismo

2) Ocurre algo que potencialmente genera sentimientos desagradables

3) La persona se siente en peligro por sentir

4) Interrupción de la emoción desagradable

5) Surge la ansiedad

 

Muy a menudo en consulta nos preguntáis por qué son importantes las emociones. ¿Si me sucede algo no será mejor intentar ignorar lo que me genera o relativizarlo? Con lo desagradable que son las emociones…  La ansiedad puede surgir de diferentes maneras y en ocasiones viene por no permitirnos sentir las emociones

Efectivamente las emociones muchas veces son desagradables y  nos conectan con nuestra parte más vulnerable. Sin embargo, no por ello deberíamos dejar se sentirlas, más bien todo lo contrario. Tenemos un mecanismo en nuestro cuerpo que nos avisa mediante emociones de cómo estamos y cómo nos afectan las cosas. Visto de esta manera parece importante hacerle caso y atenderle, más aún cuando sentimos emociones desagradables pue significa que algo nos está generando malestar.

Ese miedo a sentir lo desagradable tiene un fuerte influencia social, pero también de lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida con la gente cercana a nosotros. Cómo hemos visto que las personas alrededor nuestro -sobre todo en nuestra familia- gestiona sus emociones, nos da una imagen de cómo debemos gestionar las nuestras.

Cuando aprendemos que las emociones son malas, aprendemos que es mejor interrumpirlas y no sentirlas. Esto tiene muchos efectos adversos, entre ellos el desarrollo de la ansiedad. Las emociones nos llevan a actuar, por ejemplo enfadándonos con otra person  o entristeciéndonos llorando. Si evitamos sentir esa emoción, interrumpimos el proceso natural que se debería dar y esa energía que nos llevaría a actuar acorde a la emoción se queda en nuestro cuerpo.

Por eso, la ansiedad es una respuesta extremadamente desagradable, pero muy inteligente del cuerpo. Se trata de la alarma que nuestro organismo enciende, para decirnos que no hemos sentido la emoción que teníamos, o que no hemos actuado acorde a ella. Es una alarma que nos avisa generándonos mucho malestar físico, para hacernos evidente que lo que estamos haciendo no funciona y es dañino. El problema, es que muchas veces normalizamos la creencia de que no hay que sentir las emociones, o que es mejor relativizar las cosas para que no nos afecten mucho. Por tanto, en ocasiones, cuando sentimos ansiedad, no sabemos qué la ha provocado, pues no concebimos que no sentir sea algo negativo, y además, no vemos que haya ninguna situación  en el presente que la haya provocado. Esto nos lleva a sentir un profundo desconcierto pues no comprendemos de dónde viene y, por tanto, hace que sintamos la ansiedad como una alarma de algo catastrófico que va a venir, ya que pensamos que no hay nada ahora que la justifique.

Wolfe, B. E. (2005). The Wounded Self: An Integrative Etiological Model of Anxiety Disorders. In B. E. Wolfe, Understanding and treating anxiety disorders: An integrative approach to healing the wounded self (pp. 105–123). American Psychologic