El libro de Walter Riso: Enamórate de ti es un libro de autoayuda poco convencional. Es un libro cuya lectura no se hace en ningún momento pesada ya que está lleno de ejemplos prácticos, de consejos y reglas que puedes aplicar en tu día a día para aumentar tu amor propio y en consecuencia mejorar tus relaciones con los demás.
Este libro tiene frases y enunciados que te ayudan a mejorar tu autoestima, a verte de una manera diferente y a evitar las trampas que te pone tu cerebro para encontrar el amor hacia ti mismo y así poder tener una mejor calidad de vida y ser mentalmente más sano.
Te ayudarán mucho los ejemplos de situaciones que vemos y hacemos todos los días sin ser conscientes de cuanto nos afectan y de cómo nos hacemos daño aunque sea sutilmente.
Lo primero que hace el autor es dividir la autoestima en cuatro componentes básicos: autoconcepto, autoimagen, autoreforzamiento y autoeficacia. Los llama los soportes de un yo más sólido y saludable, que si falla alguno o funcionan mal nuestra autoestima será más inestable.
El autoconcepto
Es lo que piensas de ti y por consiguiente lo que te dices a ti mismo, como te tratas y lo que te exiges. Aquí Riso dice algo curioso pero muy real y es que, hay quienes andan (andamos) con un garrote invisible con el que se golpean cada vez que algo les sale mal. Si fracasan TODO ha sido su culpa y si tienen éxito ha sido cosa de “suerte”.
Dentro del autoconcepto, hace referencia a la mala autocritica, la autocorrelación negativa, la autoexigencia despiadada y el todo o nada, cada uno de ellos con ejemplos de que es lo que hacemos y como en términos generales no tenemos un buen concepto de nosotros mismos.
Para salvar el autoconcepto propone: Ser más flexibles con nosotros mismos, porque en la vida no es todo bueno o malo y hay cosas que no están en nuestro control para hacer que algo salga bien o mal.
También propone tener metas más acordes a nosotros y que sean alcanzables, poner submetas para disfrutar del trayecto. Si nos ponemos metas inalcanzables dice, viviremos “Frustrados y amargados”.
Otras recomendaciones que hace para mejorar el autoconcepto es no mirar solo lo malo en nosotros mismos, no pensar mal de nosotros, acercarnos nuestro “yo” ideal a nuestro “yo” real y aprender a perder.
La autoimagen
En esta parte, el autor reflexiona sobre el peso que tienen en nuestra sociedad y en nuestro futuro el juicio estético que existe en nuestra cultura. Constantemente nos comparamos y comparamos a quienes nos rodean bajo parámetros de belleza que si bien no son universales, existen ciertas normas no escritas que afectan mucho a quienes no las cumplen.
Después de un tiempo y bajo nuestra lupa personal, integramos aquello que nos dijeron, los motes que nos dieron y las aplicamos a nosotros mismos. Casi nadie se salva de esto, casi siempre nos sobra o nos falta algo, que sabemos detectar con gran habilidad y que puede derivar en una obsesión por lo estético o en casos más graves en un trastorno dismórfico.
Propone trabajar y decidir “tu propio concepto de lo bello”, intentar no parecerte a nadie, uniformarte o seguir la moda dócilmente y gustarte a ti mismo, inventar tus propias pautas de belleza ya que todo está en la actitud.
Para mejorar la autoimagen propone: Tratar de definir tus propios criterios de la belleza, no ser tan estrictos ni buscar la perfección física, destacar las cosas que más nos gusten de nosotros, no compararnos injustamente y proyectar como nos sentimos, porque así las personas nos trataran de acuerdo a esa imagen que proyectamos.
El autoreforzamiento
El autor lo refiere como reforzarnos, premiarnos, dedicarnos tiempo como hacemos con los demás. También habla de lo difícil que es gratificarnos, tener tiempo para nosotros y de cómo postergamos el placer porque es lo que nos han enseñado desde niños. dice que deberíamos ser más hedonistas, vivir con pasión y pensar que si no hacemos daño a otros o a nosotros mismos podríamos hacer lo quisiésemos.
Propone para incrementar el autoreforzamiento: Buscar por buscar, ser más curiosos, no dejar que nuestros pensamientos obstaculicen nuestros sentimientos y disfrutar, ser más sensibles al placer. Dice que debemos autoelogiarnos y felicitarnos cuando hemos hecho algo bien.
Sin embargo, según el autor, no podemos autorreforzarnos debido a tres factores principales: Creemos que no lo merecemos o no fue gran cosa lo que hicimos, que es nuestro deber y que autoelogiarse es de mal gusto.
Para conseguir autoelogiarse más, habla de que podemos aplicar a nosotros mismos los elogios que decimos a los demás. Aquí hace una categorización de los elogios que pretende ayudarnos a entender mejor como funcionan. Los categoriza en elogios impersonales, personales, dirigidos a ciertas características y elogios donde el que los hace está involucrado.
Para hacerlo propone hacernos más conscientes de nuestro dialogo interno, de lo que nos decimos a nosotros mismos, comenzar haciendo un autoelogio en voz baja hasta que poco a poco este se convierta en algo internalizado y practicarlo bastante para que se vuelva automático.
La autoeficacia
Riso dice que es la opinión afectiva que tenemos de nosotros mismos, la confianza que tenemos en que lograremos alcanzar lo que nos propongamos. La desconfianza en nosotros puede provocar que ni siquiera intentemos algo aunque tengamos la capacidad de hacerlo, tenemos la certeza de que nos va a salir mal.
Dentro de este concepto habla de cómo tenemos la percepción de que nada puede hacerse ante un evento estresante o doloroso, tenemos la experiencia de no tener el control lo cual suele causar depresión y cortar nuestro ímpetu de lucha. No intentamos modificar las situaciones porque son externas a nosotros o también por creencias culturales.
Según el autor evitamos enfrentarnos a las cosas incomodas o difíciles y esto provoca que tengamos creencias irracionales o actuemos inadecuadamente para tratar de solucionar el problema.
Esto ocurre debido a tres factores: que vemos las cosas incontrolables, que creemos que nuestra conducta está regulada más en factores externos y que nos atribuimos injustamente la responsabilidad de lo malo más que de lo bueno.
Para lograr una mejor autoeficacia propone: Eliminar el no soy capaz, ser menos pesimistas y fatalistas y ser un poco más realistas y arriesgarnos más. Intentar recordar lo bueno y no solo lo malo y revisar nuestras metas y no subestimarnos y acomodarlas por miedo o por creer que no somos capaces.
He hecho un muy breve resumen de este libro que recomiendo leer a profundidad porque cada capítulo, cada parte te lleva a una reflexión, a preguntarte y dialogar contigo mismo y a darte cuenta en que aspectos puedes mejorar e incluso te dice como hacerlo.