COMER EMOCIONAL: ¿CÓMO FRENARLO?

En un artículo anterior te contábamos lo que es el comer emocional y su origen. Te hacemos un breve resumen por si te lo perdiste:

El comer emocional surge como un mecanismo de alivio del malestar que aprendemos y se perpetúa por la sensación de alivio inmediato que nos proporciona, aunque éste se mantenga solamente durante un breve periodo de tiempo. Esto hace que surja una nueva culpa y otra situación de malestar que inician de nuevo el ciclo, haciendo que este comportamiento se mantenga, y reduciendo las posibilidades de poner en práctica otras alternativas para gestionar el malestar.

Pero entonces… ¿cómo podemos frenar este círculo vicioso?

Te estaríamos mintiendo si te dijéramos que es fácil, pues, como todo cambio, requiere de decisión y fuerza de voluntad. No obstante, te dejamos algunas recomendaciones para eliminar el comer emocional como método de gestión del malestar y que así haya espacio para adquirir nuevas herramientas que te permitan hacerlo de una forma más sana.

En primer lugar, te invitamos a observarte y adquirir consciencia sobre tu forma de comer y los motivos por los que comes. Probablemente no todas las veces que comas sea para gestionar el malestar, sino que también comes para saciar el hambre. Es importante aprender a diferenciar estas dos, de tal manera que cuando identifiquemos que la motivación es el malestar y no el hambre puedas decidir gestionarlo de manera distinta.

Una vez hayas identificado que se trata de hambre emocional y no fisiológica, trata de desmenuzar ese malestar. Con esto nos referimos a que intentes identificar cuál es o cuáles son las emociones concretas que sientes. Es importante que esto lo hagas, antes de nada, porque las herramientas que uses para unas u otras pueden ser muy distintas, y esta vez queremos usar la herramienta correcta 😉

Cuando sientas ese hambre emocional y te veas tentado/a a comer para calmar el malestar, te recomendamos que hagas un esfuerzo por esperar hasta que aparezca el hambre fisiológica. De esta manera, igual que tu organismo aprendió a comer ante el malestar, desaprenderá esa conducta y aprenderá a comer de nuevo ante el hambre fisiológica.

Por último, para ampliar tu repertorio de herramientas ante el malestar y para la vida en general, te invitamos a que contactes con otras actividades placenteras que no estén relacionadas con la comida. Esto se convertirá en una base sólida construida por ti que siempre podrás usar cuando el malestar llame a la puerta.

Y tú, ¿qué actividades harías para frenar el comer emocional?

ER-VH