El término interdisciplinariedad surgió por primera vez en el año 1937 y se atribuye sociólogo Louis Wirth. Antiguamente un científico era una persona que tenía amplios conocimientos de muchas áreas, astronomía, matemáticas, química, física…etc. Pero con el paso del tiempo y el desarrollo de los campos científico-técnico fueron surgiendo paulatinamente numerosas ramas científicas, en las que empezaron a aparecer especialistas en cada una de esas disciplinas que no eran a su vez especialistas en otras áreas de conocimiento, por lo que ciertos estudios que requerían de conocimientos en diversas áreas eran inasequibles a la mayoría de científicos especializados en una cierta área. Este fue el motivo del comienzo de la aparición de las colaboraciones interdisciplinares, en las que especialistas de diferentes ramas colaboraban para llegar a un fin común; como decía Nicolescu (1996): “La interdisciplinaridad también desborda y supera las disciplinas e incluso contribuye al nacimiento de nuevas disciplinas”; así de la colaboración de la Química y la Biología surgió la Bioquímica por ejemplo; o de las teorías del calor y sus relaciones con la mecánica la Termodinámica.
Es en fin, una filosofía y marco metodológico que caracteriza la práctica científica consistente en la búsqueda sistemática de integración de las teorías, métodos, instrumentos, y, en general, fórmulas de acción de diferentes disciplinas. Entendemos a la persona como un TODO, por ello se hace necesario un abordaje desde distintas ramas para reestablecer la salud y el equilibrio.
Un equipo interdisciplinar, se trata en definitiva de un equipo formado por profesionales que provienen de distintas disciplinas, y por lo tanto están especializados en diferentes campos. La principal ventaja de un equipo interdisciplinar, radica en que cada miembro aporta al conjunto los conocimientos y habilidades derivados de su profesión, y a la vez se complementa con los demás. El equipo interdisciplinar (como cualquier equipo de trabajo) persigue un mismo objetivo. Este modelo de trabajo es muy integrador porque tiene en cuenta variables de cada uno de los ámbitos de procedencia de sus componentes, generando una serie de ventajas:
- La ampliación de la perspectiva del trabajo y análisis: Al intervenir diferentes disciplinas como en nuestro caso nutrición, fisioterapia y psicología obtenemos 3 perspectivas diferentes sobre un mismo problema a resolver y tres focos de análisis. Por ejemplo, el bruxismo es un problema que habitualmente se trata con un dentista y un fisioterapeuta; pero también se ha demostrado la utilidad de la psicoterapia combinada con fisioterapia, ya que se aprende a manejar el estrés y la ansiedad, que normalmente son los desencadenantes y mantenedores de este problema.
- Ruptura de las resistencias y criterios preconcebidos: Cada uno tendemos a ver la realidad desde los esquemas que hemos aprendido con nuestra formación y nuestra experiencia profesional, sin embargo, queda claro que muchas veces nos ayuda la visión de otra disciplina para “romper” con ciertos moldes, enriquecernos y flexibilizar.
- Ahorro de tiempo y energía: Al ser varios los ojos que observan el mismo problema y desde diferentes puntos, es más fácil y eficiente ver dónde hay que poner el acento en los tratamientos.
- Mejor rendimiento de las competencias individuales, con la actuación del personal más indicado para una situación determinada.
- Aprendizaje continuo de todos los miembros: Una gran ventaja de la interdisciplinariedad es que en cada intervención todos los miembros aprenden algo de los compañeros de otros campos, enriqueciendo cada vez más al conjunto del equipo.
La interdisciplinariedad es un acto de cultura, no es una simple relación entre contenidos, sino que su esencia radica en su carácter educativo, formativo, transformador, en la convicción y actitudes de los sujetos. Es una manera de pensar y de actuar para resolver los problemas complejos y cambiantes de la realidad, con una visión integrada del mundo, es un proceso basado en relaciones interpersonales de cooperación y de respeto mutuo, estimulando la elaboración de nuevos enfoques metodológicos más idóneos para la solución de los problemas.
En SMC estamos comprometidos con este modelo para abordar los distintos problemas y malestares de quienes acuden a consulta, contribuyendo cada uno con nuestra especialidad para conseguir de manera satisfactoria los objetivos terapéuticos.
Natalia Rodera Santillana.