Dependencias y Adicciones

En la sociedad cada vez se trabaja más por la inmediatez, lo que requiera poco esfuerzo, y lo que maximice el placer…en definitiva, estamos creando sociedades con mayor riesgo de adicción. Además las presiones sobre la imagen, la personalidad, y forma de ser socialmente aceptada tiene una gran influencia en el desarrollo de estos problemas. Esto se ve reflejado en el creciente problema de dependencias cada vez más variadas.

Cada vez se comienza más temprano el consumo de sustancias y el uso de ciertas tecnologías como el teléfono, videojuegos, y tablets. Esto es problemático ya que los niños y adolescentes aprenden a estimularse muy rápido con muy poco esfuerzo, a comunicarse sin necesidad de enfrentarse cara a cara, a desconectar de problemas y emociones en realidades paralelos, o de crearse identidades falsas que favorezcan su adaptación e inclusión. Todo esto sin que se haya terminado el proceso madurativo a nivel cerebral ni de personalidad, lo cual supone un riesgo muy grande para desarrollar una adicción.

Una dependencia puede desarrollarse hacia cualquier sustancia, actividad o persona que genere, inicialmente, placer, y que cubra ciertas necesidades y carencias.

Las dependencias pueden ser muy variadas. Se podrían clasificar en:

  • Dependencia a sustancias
  • Dependencias Conductuales
  • Dependencias Emocionales
  • Trastornos de conducta alimentaria

Trastornos de conducta alimentaria

Consideramos que los trastornos de conducta alimentaria recaen en esta categoría ya que se desarrolla una relación toxica con la comida para tapar carencias, sufrimiento, complejos, presiones sociales, y conflictos de identidad, de forma muy similar a como ocurre con las otras dependencias. Además, también existe una obsesión por el control de peso y de la imagen que recaen sobre la comida, a pesar de que, es muy habitual que ese “control” sea una ilusión con la cual se alimenta la negación y se perpetúa el problema. Lo más característico de esta enfermedad es el miedo intenso a aumentar de peso. Esta enfermedad provoca consecuencias negativas tanto para la salud física como mental de la persona y tiene a tener graves impactos en la vida social, familiar, laboral, académica y emocional de la misma.

Existen diferentes tipos de TCAs que tienen particularidades diferentes para el tratamiento a pesar de que el origen y la raíz es la misma. Los distintos tipos son la bulimia, anorexia, trastorno por atracón y ortorexia (obsesión por la comida sana).

¿Cómo se desarrolla una adicción?

El desarrollo de una adicción, sea a una sustancia o no, sigue las siguientes fases::

  • 1. Los primeros contactos con la sustancia /actividad/persona generan un aprendizaje inicial, a menudo inconsciente, de los efectos que provoca. Cuando se genera una descarga de placer a nivel cerebral, y esta es mayor a las posibles consecuencias negativas vividas, se registra como una experiencia positiva y por lo tanto querremos repetirlo en el futuro. A menudo los primeros contactos no causan consecuencias negativas suficientemente grandes para provocar en el individuo un rechazo, aunque puede pasar. Por ejemplo, en el consumo de sustancias, hay a personas que los primeros consumos le generan consecuencias negativas como nauseas, vómitos, dolores de cabeza, malestar gástrico…etc, y estas pueden causar un rechazo en la persona o puede que para la persona la vivencia positiva sea mucho más fuerte y por lo tanto se repita el consumo.
  • 2. El consumo se repite y se refuerzan los aprendizajes de la primera fase. Poco a poco la persona se habitúa a conseguir el refuerzo positivo a través de la sustancia /actividad / persona, y se dejan de buscar alternativas para cubrir esas necesidades o carencias, ya que la alternativa vivida es la más rápida, cómoda y fácil.
  • 3. De forma gradual se va produciendo una generalización del consumo, usándose para cubrir más necesidades y carencias, por lo que la persona es cada vez más dependiente a la sustancia /actividad/persona. Además es común que se empiece a establecer la negación del problema, característica común de una adicción, por lo que el consumo se ve «protegido» y la dependencia continúa su desarrollo.
  • 4. Con el tiempo, cada vez se utiliza más la sustancia /actividad/persona para conseguir las sensaciones positivas a nivel químico y de bienestar emocional. Este es el proceso de tolerancia, por el cual la persona para conseguir la misma sensación positiva tiene que aumentar el consumo, la dedicación a la actividad, o a la persona. En esta fase se busca mantener el nivel de placer a pesar de que este es cada vez menor, y cada vez cuesta más llegar a él. Además de aumentar la cantidad, también se realizan variaciones en la actividad para buscar mayor estimulación.
  • 5. Desde la fase 2. van aumentando poco a poco las consecuencias negativas que al principio son casi imperceptibles. La persona no avanza en áreas de su vida por la falta de búsqueda de alternativas, y el protagonismo que comienza a obtener la sustancia /actividad/persona. Este proceso puede desarrollarse en meses o años, por lo que es complicado de detectar los cambios, y a menudo hasta que el problema no es ya bastante grave, no se reacciona ante las consecuencias negativas. En algún momento de este proceso o bien la persona se da cuenta de que tiene un problema con la sustancia /actividad/persona, o es el entorno el que reacciona ante ello. Cuando esto ocurre es habitual que ya no haya control sobre la sustancia /actividad/persona, y por eso es muy difícil parar o cambiar si no es con ayuda de una terapia.

Estas fases de desarrollo ocurren en paralelo al desarrollo de la personalidad adicta, por la cual la persona va cambiando desde que se empieza a establecer la dependencia. Estos cambios en la personalidad dificultan el darse cuenta del problema, y la interacción con el entorno en diferentes áreas. Pueden incluir: irritabilidad, agresividad, mentiras, engaño, manipulación, ocultación, impulsividad, falta de tolerancia a la frustración, alteraciones bruscas en el estado de ánimo…etc. Por todo esto, llegados a este momento la mejor forma de ayudar a una persona con una dependencia es motivarle y conducirle hacia la ayuda terapéutica. Aunque la persona con una dependencia no quiera acudir a una terapia, es importante que la familia, pareja, amigo, o quien sea que esté interesado en ayudar a esa persona también pida ayuda, ya que el tratamiento también puede ir orientado hacia conseguir que una persona con una dependencia acuda a terapia.

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