Interrupción de la tristeza

  • ¿Qué pasa si no me permito estar triste?
  • Rechazar y evitar la tristeza hará que no la sientas
  • Quizás puedes considerarlo mejor pues así no te afectan tanto las cosas
  • Pero tarde o temprano, toda esa tristeza vendrá
  • A veces, tapar la tristeza hace que a largo plazo aparezca una depresión
  • Es vital que nos permitamos sentir

La tristeza es una emoción fundamental en nuestra vida. Como todas las emociones, la tristeza viene a traer un mensaje importantísimo para ver cómo estamos y cómo nos afecta lo que nos sucede. La tristeza generalmente nos comunica que estamos perdiendo algo o alguien que queremos, que nos importa. Es un mensaje vital que nos hace actuar y estar coherentemente con lo que nos sucede en la vida.

Sin embargo, existe un gran miedo a sentir la tristeza ¿Para qué voy a sentir una emoción como la tristeza? ¿No sería mejor intentar evitarlo? ¿A fin de cuentas qué sentido tiene recrearme en el malestar? Muchas veces se confunde sentir las emociones, con recrearnos en ellas. Tenemos derecho a estar mal, pero no a instalarnos en el malestar, ahí está la gran diferencia. Sentir nuestras propias emociones es nuestro derecho, por algo están ahí. Confundimos el pararnos a sentir las emociones desagradables que tenemos, con instalarnos y recrearnos en ellas.

Vivimos en una sociedad con una fobia tremenda a la tristeza. Pensamos que si sentimos la tristeza nos instalaremos en ella y, entonces seríamos unos “tóxicos” y “negativos”. La realidad dista bastante de eso, la tristeza surge en nuestro interior por un único y exclusivo motivo, para que la sintamos y hagamos algo con ella. Por el profundo miedo a sentir esa tristeza, la vamos reprimiendo evitando sentirla, siendo en ocasiones una vía para desarrollar una  depresión.

En esos casos la persona ha reprimido tantas veces esa tristeza, que el propio cuerpo ha ido acumulándola, hasta que llegado a un punto en el que toda esa tristeza sale, pero de una manera descontrolada. Se trata como una olla a presión, ha ido avisando que está llena y no se le ha hecho caso ignorando o relativizando, por lo que finalmente acaba explotando.

Lo que a priori era una emoción momentánea suscitada por una situación desagradable, acaba siendo una problemática más sostenida en el tiempo, caracterizada por una profunda tristeza, desesperanza, apatía, desmotivación, sensación de poca valía personal y que en muchas ocasiones, no habla tanto de lo que está viviendo la persona en el presente sino del pasado.

Por el beneficio a corto plazo de no conectar con el dolor, acabamos comprometiendo el largo plazo. A veces por no conectar con el dolor, acabamos sin querer instalándonos en él. La tristeza tiene cosas que decirte, escúchala aunque sea desagradable, seguro que te lo agradece.

 

¿Cómo me siento si me permito estar triste?

¿Me da miedo estar triste?

¿Qué es lo más peligroso de conectar con la tristeza?

 

Carrousel – Alejandro