La automanipulación de ver el vaso medio lleno ¿Cómo sería si lo hiciéramos con el dolor físico?

  • A veces ver el vaso medio vacío no se asemeja a la realidad
  • Pero a veces, ver el vaso medio lleno tampoco
  • En ocasiones ambas visiones están igual de distorsionadas, habrá que ver el vaso como está

 

Constantemente desde el pensamiento positivo, se nos dice que debemos fijarnos en las cosas que van bien, en lo que sí funciona. Tenemos que ver el vaso medio lleno, de lo contrario estaríamos siendo unos pesimistas, pues no todo está tan mal. Efectivamente hay ocasiones en las que ver el vaso medio vacío puede ser una visión distorsionada de la realidad, pero ¿Acaso no sería también erróneo ver el vaso medio lleno, cuando objetivamente tampoco es así?

Muchas veces, ni el vaso está medio lleno, ni está medio vacío, el vaso tiene una mitad llena y la otra vacía. Fijarse únicamente en una de las dos partes, sea la que sea, significaría no estar viendo las cosas como son. Si nos empeñamos en ver el vaso medio lleno, cuando hay señales evidente de que no es asi, no estamos afrontando lo doloroso y por tanto, resulta imposible entender qué necesitamos ante esa circunstancia. Se trata de una automanipulación que no nos deja ver la realidad. Las personas no necesitamos ser optimistas y fijarnos siempre en lo positivo de lo que nos sucede. Necesitamos poder observar la realidad, aceptándola y afrontándola, con sus aspectos positivos y negativos, para asi saber qué necesitamos y cómo queremos actuar. Si desde el pensamiento positivo, y desde la sociedad actual, se deja muy claro que ver el vaso medio vacío es algo negativo, ver el vaso medio lleno puede resultar peor a veces, ya que como no existe ningún problema, no puedo afrontarlo.

Si estamos corriendo y nos caemos y nos hacemos una pequeña herida, todos tenemos claro que debemos cuidarla, debemos desinfectarla (aunque duela) para asi evitar que vaya a peor. Si obviamos esa herida que nos molesta y nos duele e intentamos no focalizarnos en ella, no la cuidaremos y por tanto, la pequeña herida pasará a infectarse y puede generar mayores complicaciones. Lo mismo sucede con las heridas emocionales. Ver el vaso medio lleno, hace que descuidemos nuestra herida y permitamos que pueda llegar a empeorar infectándose. Lo que necesitamos para estar bien es mirar fijamente la herida que nos hemos hecho, aunque no sea agradable y duela, para ver cómo la cuidamos. Si lo tenemos tan claro con las heridas físicas, ¿Por qué no con las heridas emocionales?

 

Preguntas:

¿Sueles evitar el malestar emocional?

¿Sueles criticarte diciéndote que deberías ver el vaso medio lleno mas veces?