LOS MECANISMOS DE DEFENSA Y LA TERAPIA PSICOLÓGICA

Los mecanismos de defensa, se configuran como una defensa del sistema psíquico contra todos aquellos estímulos externos o internos que vayan en contra de nuestra manera de pensar o que nos desestabilizan emocionalmente y que impliquen un esfuerzo de adaptación que no podemos hacer. Éstos no permiten adaptarnos a la realidad de forma sana, impiden una interpretación real de las situaciones, imposibilitando un buen afrontamiento de ellas,  supone una rigidez en el procesamiento de la información que no nos permite hacer un análisis objetivo de  nuestras reacciones o de la realidad que nos rodea, nos hacen ver los hechos o nuestras reacciones de una forma sesgada, inflexible o simplemente a no verlas o no darnos cuenta.  Distorsionan la realidad impidiendo ser conscientes de nuestras limitaciones y carencias, siendo así un obstáculo para crecer como personas. Demuestran una estructura psicológica muy elaborada, son  muy sutiles pero tienen una enorme influencia en nuestra vida cotidiana con implicaciones  psicológicas muy profundas, de grandes consecuencias en nuestra vida y en nuestras relaciones emocionales.

Es natural que la intervención o desactivación de estos mecanismos provoquen  ansiedad o depresión suscitando crisis emocionales, pues una pérdida o un cambio brusco de valores supone  un gran periodo de adaptación o un esfuerzo emocional muy grande, una pérdida de aquello que por muchos años hemos considerado verdadero y que no aceptamos cambiar;  situaciones en las que hay que aceptar lo que antes era inaceptable, el plantearnos que estábamos equivocados en nuestras suposiciones o forma de actuar.

Algunos de los mecanismos que se logran identificar en terapia son: Apatía, Negación, Disociación, Compensación, Racionalización, Conductas provocativas, Sentimiento de culpa y defensa masoquista.  Todos ellos desarrollan  un desequilibrio de la persona ante circunstancias vitales o dinámicas internas, aunque en algunos casos permiten que la persona soporte temporalmente una situación traumática o aversiva, sin embargo la importancia es lograr identificar de dónde proceden.

La terapia psicológica busca que la persona logre hacer frente a diversos problemas de la vida cotidiana sin perder su funcionalidad, logrando una elaboración y resignificación adecuadas. La identificación de los mecanismos de defensa en terapia, nos brinda una idea más clara del funcionamiento de la persona,  por ejemplo, cómo actúa en situaciones estresantes.

Entender estos mecanismos nos permite empatizar con el otro, entender su lógica, sus temores, de donde surgen  y desde ahí  realizar una buena intervención, basada en la psicoeducación, elección de herramientas y técnicas adecuadas para abordar los pensamientos limitantes, comportamientos evitativos o dañinos y resignificar  creencias erróneas o traumas.