Situaciones comer emocional

Anteriormente hemos definido lo que es el comer emocional, pero, ¿cómo saber si estamos comiendo emocionalmente?

Estas son algunas situaciones que se pueden haber dado o dar en comedores emocionales. ¿Te sientes identificado/a con alguna de ellas?

  • De pequeño/a, mis padres me llevaban a comer cada vez que me sentía triste, y ahora que soy adulto/a lo sigo haciendo así
  • Cuando estoy enfadado/a como más que cuando no lo estoy
  • Para recompensarme por mis esfuerzos me permito comer dulces o bollería
  • Muchas veces no me doy cuenta de la cantidad de comida que he ingerido
  • Con frecuencia tengo hambre justo después de haber comido
  • Parece que siempre tengo hambre y no llego a saciarme por mas que coma ( de hecho, he tenido algún que otro episodio de atracón de comida)
  • Cuando me aburro, como.
  • Prefiero comer solo/a porque así puedo comer todo lo que quiera sin avergonzarme
  • Cuando como menos de lo que suelo comer, me siento insatisfecho/a, pero cuando como lo que suelo comer, me siento culpable
  • Muchas veces he pensado que me encantaría poder comer todo lo que quiera sin engordar

Estas solo son ejemplos de situaciones que podrían indicarnos que estamos comiendo emocionalmente, aunque que tengamos algunos de estos comportamientos no quiere decir que lo estemos haciendo. Además, también tenemos que tener en cuenta si este es nuestro modo habitual de funcionar, o si nos ocurre en situaciones puntuales donde las demandas nos exceden. Todos hemos comido emocionalmente alguna vez, pero eso no quiere decir que tengamos un problema en la forma en que comemos habitualmente. La clave está en la frecuencia, y hasta qué punto nos sentimos identificados/as con las situaciones anteriores.

¿Por qué estas son situaciones donde se puede ver reflejado el comer emocional? La razón más evidente es que se está utilizando la comida para un fin distinto al de aliviar el hambre biológica: recompensarnos, evitar confrontarnos a nuestras emociones, ayudarnos a gestionarlas mejor, o quitarnos el aburrimiento…

En este sentido, una de las claves para tener una relación más saludable con la comida es teniendo una relación más saludable con nuestras emociones y nosotros/as mismos/as.