Soledad crónica y depresión
Todos nos sentimos solos en algún momento de la vida. El ser humano es un ser social que tiene la necesidad de pertenencia, y, cuando se siente que esta falla, la soledad llega.
El sentimiento de soledad es subjetivo y su experimentación varía según quién la vive. La soledad no suele tener que ver con la falta real gente en nuestra vida, en general, está más relacionada con la creencia de que nadie nos valora ni quiere pasar tiempo con nosotros. Podemos estar solos pero no sentir que lo estamos, y viceversa.
Cuando un sentimiento de soledad se llega a instaurar en la propia vida, manteniendo la creencia durante un largo periodo de tiempo de que uno está solo, se puede desarrollar el síndrome de la soledad crónica. La persona que lo padece se siente incomprendido y ajeno a la sociedad, incapaz de conectarse a un nivel más profundo con nadie. Asimismo tienden a pensar que esta situación es culpa suya, que hay algo malo en ellos y que por eso los demás no quieren establecer relacionarse con ellos. Eso hace que activamente ellos mismos se aíslen de la gente.
El origen de este síndrome tiene más que ver con la visión de sí mismo que tiene el que la padece que con una dificultad real para relacionarse socialmente. Suele conllevar una baja autoestima y un sentimiento profundo de inseguridad, incluso una ansiedad social, características que también son comunes en la depresión.
Un sentimiento de soledad prolongado durante un largo tiempo puede acarrear graves problemas de salud, tanto físicos como mentales. La depresión es una enfermedad mental que se caracteriza por una profunda y constante tristeza, una baja autoestima y una pérdida de interés por las actividades placenteras, entre otras cosas. Dentro de esta, los sentimientos de soledad también son comunes: quién lo padece puede sentirse aislado del resto e incapaz de establecer relaciones de calidad. Es por ello que hay que prestar especial atención a la gente que comunica sentirse solo, independientemente de si percibimos que lo estén o no. Pueden comenzar a aislarse llevados por este desesperanzador sentimiento.
¿Y tú, conocías que este síndrome existía?
Carlota Urgel