Yoga y Trauma

En el ámbito de la salud, cada vez es mayor el interés en los beneficios potenciales del yoga a la hora de ayudar a las personas a la hora de hacer frente al impacto del trauma y la sintomatología derivada (Marcy, Jones, Graham & Roach, 2018). En este sentido, se ha teorizado que la práctica de asanas (posturas de yoga) junto con la consciencia plena que acompaña al yoga, pueda ayudar a reactivar áreas cerebrales afectadas por el impacto del trauma relacionadas con la confianza, el control, el placer y el compromiso (Marcy et al., 2018).

Así, se han observado resultados positivos al combinar la práctica de yoga junto con intervenciones psicoterapéuticas. Parece que su gran utilidad como complemento terapéutico es debido a que es frecuente que las experiencias potencialmente traumáticas se quedan enraizadas en lo corporal y, por lo tanto, el trabajo desde el cuerpo resulta especialmente relevante (Emerson & Hopper, 2012). Así, a través del yoga, podemos encontrar una manera más segura de digerir lo enraizado y de desarrollar formas más saludables de habitarnos. En definitiva, el yoga nos ofrece una manera más amable y acogedora de conectar con el cuerpo, ayudando a ampliar nuestra ventana de tolerancia e ir sanando nuestras heridas.

Referencias

Emerson, D., & Hopper, E. (2012). Overcoming trauma through yoga: Reclaiming your body. North Atlantic Books.

Macy, R. J., Jones, E., Graham, L. M., & Roach, L. (2018). Yoga for trauma and related mental health problems: A meta-review with clinical and service recommendations. Trauma, Violence, & Abuse, 19(1), 35-57.

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