Un “registro de alimentos” es un tipo de autorregistro en el que el paciente con TCA llevará a cabo un monitoreo diario de los alimentos y bebidas que consume (se realiza semanalmente para revisar en sesión).  Tras cada ingesta deberá anotar qué se ha comido/bebido, y cuánta cantidad. También se podrá registrar otros datos, como la hora, si se ha producido atracón, emociones, sensaciones antes y después, acontecimiento que destacar, etc., será adaptado a las necesidades de cada persona. 

Claro Llach, C., & García Fernández, C. (2018) indican que para que sea más completo, se debe acompañar con un registro fotográfico del antes y del después (restos de comida), esto nos permite no solo ver la cantidad real de alimentos que se consumen y que se dejan después de comer, si no las posibles manías inusuales a la hora de comer, y el tipo de alimentos que consumen (lácteos enteros o desnatados, sin grasas, azúcares, precocinados o caseros, etc).

Beneficios del registro de alimentos:

  • Conciencia y autoconocimiento: ayuda a la persona a tomar conciencia de su patrón alimentario y los comportamientos relacionados con la comida, aumentando la comprensión de los factores desencadenantes de la ingesta descontrolada o restricción alimentaria.
  • Monitoreo del progreso: Fairburn (1985) dentro de su modelo cognitivo para el tratamiento de la bulimia nerviosa, nos indica que monitorizar la ingesta facilita la identificación de patrones problemáticos para su modificación (como por ejemplo la práctica excesiva de ejercicio físico), así como una evaluación continua de la intervención terapéutica.
  • Facilita la comunicación terapéutica: actúa como una herramienta objetiva y transparente para abordar los progresos en la intervención.
  • Identificación de patrones emocionales: conocer las emociones subyacentes al patrón alimentario a tratar,  facilita la intervención psicológica de cara a averiguar cuál es el origen de las mismas y poder realizar una correcta regulación de las emociones.
  • Psicoeducación de alimentos, hábitos regulares alimenticios: al identificar y modificar conductas de ingesta poco saludables se reestablece una alimentación adecuada a su edad, sexo y nivel de actividad.
  • Prevención de recaídas: al ser un registro continuo, permite la identificación temprana de patrones problemáticos, pudiendo aprender estrategias preventivas antes de que se produzca una recaída.

Si estás lidiando con un TCA ¿cuál crees que ha sido para ti el beneficio más significativo del registro de alimentos?
¿En qué medida crees que es importante para tu proceso de recuperación?

Daira Rodríguez Cresencio

Directora, psicóloga y supervisora en Centro Psicológico SMC | + posts

Terapeuta Gestalt especializada en un modelo integral de intervención para el tratamiento de la ansiedad, trastornos del estado de ánimo, estrés, enfermedades psicosomáticas, y acompañamiento en la etapa perinatal, entre otros.

Tags: Trastornos de la conducta alimentaria

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