¿Quién no ha escuchado a alguien describir una experiencia de descontrol intenso o muchísima ansiedad? Esa sensación de no poder respirar, el corazón latiendo descontroladamente y el miedo a perder el control. Las crisis de pánico son episodios intensos de ansiedad que pueden aparecer de manera repentina, generando una sensación de peligro inminente.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), las crisis de pánico están caracterizadas por una serie de síntomas físicos y psicológicos como palpitaciones, sudoración, dificultad para respirar, mareos e incluso temor a morir (American Psychiatric Association, 2013). Aunque no representan un peligro físico directo, el impacto emocional puede ser profundo.
Pero… ¿Por qué ocurren los ataques de pánico?
La psicología cognitivo-conductual sugiere que las crisis de pánico son el resultado de interpretaciones catastróficas de sensaciones corporales normales. Por ejemplo, un leve mareo puede ser percibido como una señal de desmayo inminente, desencadenando un ciclo de ansiedad que culmina en un ataque de pánico. Siendo los pensamientos negativos los que alimentan el ciclo de miedo y descontrol (Clark, 1986).
La psicología humanista, por otro lado, aborda los ataques de pánico desde un enfoque centrado en la persona, priorizando su experiencia subjetiva, sus emociones y la búsqueda de significado en su vida. Desde esta corriente, un ataque de pánico no se considera solo un síntoma o una reacción desadaptativa, sino también una señal de conflicto interno, desconexión emocional o una necesidad no satisfecha. Este enfoque se basa en la idea de que las personas tienen una tendencia innata hacia el crecimiento personal y la autorrealización, tal como lo propuso Carl Rogers.
Más allá de la teoría, las crisis de pánico pueden tener un origen biológico. La amígdala, una estructura cerebral asociada al procesamiento del miedo, juega un papel clave en la respuesta de “lucha o huida”, que se activa erróneamente en estos episodios.
Los ataques de pánico pueden tener un gran impacto en la vida diaria. Las personas que sufren ataques de pánico a menudo desarrollan un miedo anticipatorio, lo que puede llevar a la evitación de situaciones que consideran desencadenantes. Este comportamiento puede limitar significativamente su vida social y profesional, e incluso derivar en agorafobia, un miedo a salir de casa o estar en lugares públicos.
A continuación te exponemos un pequeño ejercicio práctico para calmarte en situaciones de crisis de pánico. En este caso por medio de la respiración intentaremos calmar nuestro cuerpo:
- Siéntate en un lugar cómodo y fija la vista en un punto delante de ti.
- Inhala profundamente por la nariz contando hasta cuatro.
- Retén la respiración durante cuatro segundos.
- Exhala lentamente por la boca contando hasta seis.
- Repite este ciclo varias veces mientras te dices mentalmente: “Esto pasará, estoy a salvo”.
Por último, sería interesante que reflexionaras sobre las siguientes preguntas ¿Alguna vez has sentido tener una crisis de pánico?, si es así, ¿Cuál crees que ha sido la causa? ¿Cómo te sentiste?, ¿Pudiste controlarlo?, ¿Qué estrategias podrías implementar para manejar los síntomas si vuelven a aparecer?.
Las crisis de pánico son una respuesta intensa del cuerpo al estrés y el miedo, pero con la ayuda adecuada pueden ser manejadas eficazmente. Reconocerlas, comprenderlas y aprender técnicas específicas para enfrentarlas permite a las personas recuperar el control y mejorar su calidad de vida.
Esperamos que este artículo te haya resultado interesante o educativo.
Marina Schmilovich Malagón
Referencias
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- Clark, D. M. (1986). A cognitive approach to panic. Behaviour Research and Therapy, 24(4), 461-470.
- Rogers, C. (1961). On Becoming a Person: A Therapist’s View of Psychotherapy. Houghton Mifflin.
Terapeuta Gestalt especializada en un modelo integral de intervención para el tratamiento de la ansiedad, trastornos del estado de ánimo, estrés, enfermedades psicosomáticas, y acompañamiento en la etapa perinatal, entre otros.
- Sofiahttps://centropsicologicosmc.com/author/sofia/
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