Quién no ha escuchado alguna vez en algún momento de su vida una frases cómo “por ahí no paso, que hay arañas y les tengo muchísimo miedo”. Esa persona que sería incapaz de dormir al estar en una habitación con alguna arañita, lo que tiene es una fobia a las arañas. Las fobias específicas, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), son miedos intensos, irracionales y persistentes a objetos, situaciones o actividades específicas, que normalmente no representarían una amenaza real (American Psychiatric Association, 2013). Este tipo de fobias puede afectar significativamente la vida diaria de quienes las padecen, limitando sus actividades y generándoles altos niveles de angustia y ansiedad. Las fobias más comunes incluyen el miedo a las alturas (acrofobia), a los espacios cerrados (claustrofobia) o a los animales (zoofobia), pero pueden desarrollarse hacia cualquier objeto o situación.

Las personas que padecen una fobia específica a menudo viven con la constante necesidad de evitar situaciones que puedan desencadenar su miedo, lo cual puede restringir su vida social, su trabajo y su bienestar emocional. La evitación continua, además de mantener el problema, suele aumentar la ansiedad y contribuir a la generalización del miedo, haciendo que la persona empiece a temer a contextos relacionados.

Pero… ¿cómo se originan estas fobias?

La psicología ha propuesto diversas teorías sobre el origen y el mantenimiento de las fobias. Según el enfoque conductual, las fobias pueden surgir por experiencias traumáticas o aprendizajes condicionados. Por ejemplo, si una persona experimenta una situación de pánico en un ascensor, puede desarrollar claustrofobia. Como sostiene el psicólogo Albert Bandura, “los seres humanos son agentes activos en sus vidas y pueden aprender a temer ciertas situaciones o estímulos a través de la observación o la experiencia directa” (Bandura, 1986). Esto explicaría por qué algunas fobias se transmiten de manera indirecta, como un niño que desarrolla aracnofobia al ver la reacción de miedo de sus padres ante una araña.

A diferencia de otras formas de ansiedad, las fobias específicas suelen responder bien a un tratamiento conocido como terapia de exposición, combinandolas con técnicas de relajación y autocontrol emocional para que la persona logre un cambio duradero. En la terapia humanista se utilizan herramientas como la autorreflexión, el diálogo abierto y técnicas experienciales para abordar las fobias. La Terapia Gestalt, por ejemplo, anima al paciente a tomar conciencia plena de su experiencia en el momento presente. Esto puede incluir ejercicios como imaginarse frente al objeto fóbico y explorar las emociones que surgen, permitiendo que la persona reconozca y valide sus sentimientos. Otro enfoque común es el uso de la imaginación guiada, donde el terapeuta guía al paciente a visualizarse en una situación temida, pero desde una postura de poder y seguridad interna. Este ejercicio busca reforzar la capacidad del individuo para enfrentarse a su miedo desde una posición fortalecida.

Las fobias específicas son un problema psicológico común, que puede condicionar fuertemente la vida de las personas.

Sin embargo, con el tratamiento adecuado, es posible superar estos miedos irracionales.  A continuación te exponemos un pequeño ejercicio práctico sobre esta temática:

Comienza por identificar y escribir los pensamientos o sensaciones que surgen al imaginar el objeto de tu fobia. Luego, practica ejercicios de respiración profunda durante al menos cinco minutos, y finalmente intenta visualizarte en contacto con tu objeto fóbico, manteniendo una actitud de autocontrol. Al realizar este ejercicio, es importante no forzarse demasiado. Cuando la fobia ocupa una limitación grande en tu día a día, recomendamos acudir a terapia psicológica.

Por último, sería interesante que reflexionaras sobre las siguientes preguntas ¿te has sentido identificado con alguna fobia específica?, ¿Has experimentado alguna vez un miedo intenso que limite tus actividades diarias? ¿Cómo te hace sentir?, ¿Qué emociones emergen en ti al reflexionar sobre tus miedos?.

Esperamos que este artículo te haya gustado.

Marina Schmilovich Malagón

Referencias

  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
  • Bandura, A. (1986). Social Foundations of Thought and Action: A Social Cognitive Theory. Prentice-Hall.



Directora, psicóloga y supervisora en Centro Psicológico SMC | + posts

Terapeuta Gestalt especializada en un modelo integral de intervención para el tratamiento de la ansiedad, trastornos del estado de ánimo, estrés, enfermedades psicosomáticas, y acompañamiento en la etapa perinatal, entre otros.

Tags: Ansiedad

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