La positividad tóxica puede tener efectos perjudiciales al crear una desconexión con la realidad y presionar a las personas para que eviten o repriman sus emociones negativas
Qué es la Positividad Tóxica
Según la Real Academia Española, una persona positiva es aquella que tiende a ver el lado favorable de las cosas. Sin embargo, la positividad tóxica va más allá de esta definición, ya que se refiere a una actitud optimista que carece de base en la realidad. Por ejemplo, creer que se ganará la lotería sin haber jugado, o esperar buenos resultados en un examen sin haber estudiado, simplemente por pensar positivamente, ejemplifica esta forma extrema de positividad.
La Psicología Positiva y su Evolución
El concepto de psicología positiva fue popularizado por Martín Seligman, quien abogó por estudiar científicamente lo que contribuye a la felicidad humana. En su libro The Optimistic Child, Seligman argumentó que el pesimismo es aprendido y puede ser reemplazado por pensamientos positivos. Sin embargo, con el tiempo, la psicología positiva ha sido malinterpretada y ha derivado en la positividad tóxica.
Características de la Positividad Tóxica
La positividad tóxica crea un mundo idealizado en el que nada sale mal y donde el solo hecho de pensar positivo se cree suficiente para cambiar circunstancias negativas. Ejemplos de frases asociadas a la positividad tóxica incluyen:
- «No te preocupes, o atraerás lo que más temes.»
- «No dejes espacio a los pensamientos negativos.»
- «Podría ser peor, encuéntrale el lado positivo.»
- «No estés triste, agradece todo lo bueno que tienes.»
Estas afirmaciones imponen una visión irrealista, sugiriendo que el optimismo excesivo puede resolver problemas complejos, desde la tristeza hasta la depresión y la ansiedad.
Consecuencias de la Positividad Tóxica
El exceso de optimismo puede llevar a decisiones poco asertivas y desconectadas de la realidad. Ignorar la posibilidad de errores y limitaciones puede resultar en decepción y frustración. La positividad tóxica también puede impedir que enfrentemos nuestros problemas y fracasos de manera constructiva, y hacer que evitemos o reprimamos nuestras emociones negativas.
Impacto en la Toma de Decisiones
La creencia en una positividad absoluta puede llevar a decisiones basadas en sobreconfianza en lugar de una evaluación realista de los riesgos y beneficios. Esto puede resultar en fracasos más significativos y mayores niveles de estrés, ya que no se han considerado todas las variables.
Equilibrio entre Optimismo y Realismo
Para evitar la positividad tóxica, es crucial encontrar un equilibrio entre el pensamiento positivo y la realidad. Validar nuestras emociones y ser conscientes de nuestras limitaciones puede ayudar a mantener una perspectiva más equilibrada. Algunas estrategias útiles incluyen:
- Aceptar la posibilidad de fracaso: Utiliza los fracasos como oportunidades para aprender y crecer.
- Ser sincero con uno mismo: Acepta tus defectos y limitaciones.
- Tener expectativas realistas: Ajusta tus metas y expectativas a tus circunstancias actuales.
- Tomar decisiones informadas: Realiza listas de pros y contras, incorporando tanto optimismo como realismo.
Encontrar un equilibrio entre el optimismo y una evaluación objetiva de nuestras situaciones es clave para mantener una salud mental saludable y un manejo efectivo del estrés.
Terapeuta Gestalt especializada en un modelo integral de intervención para el tratamiento de la ansiedad, trastornos del estado de ánimo, estrés, enfermedades psicosomáticas, y acompañamiento en la etapa perinatal, entre otros.
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