La introspección es una palabra que deriva del latín y significa “mirar hacia adentro”, es el proceso de observación y reflexión interna sobre nuestros pensamientos, emociones y experiencias. Es un acto consciente de autoevaluación que nos permite profundizar en nuestra mente y comprendernos mejor a nosotros mismos. (Polo, 2020)

Es posible que encuentres resistencia interna o enfrentes emociones incómodas durante la introspección, pero es importante mantener una buena apertura a la experiencia. En lugar de evitar estos desafíos, o juzgarte como inadecuados, acéptalos como oportunidades de aprendizaje para un mayor entendimiento y transformación personal.

Una herramienta para llevar a cabo esta introspección es la ventana de Johari. Lo primero será dividir un cuadrante en 4 partes iguales. Cada uno de estos cuadrantes tiene un nombre.

  • La primera se denomina área pública, donde deberemos apuntar las cosas que conozco sobre mí, tanto yo, como el resto de las personas de mi entorno cercano. 
  • La siguiente área se denomina área ciega, en ella escribiremos aquello que los demás opinan sobre mí, pero yo desconozco. 
  • La siguiente área se llama área oculta, en ella escribiré aquello que conozco de mí mismo, pero que no cuento a los demás. 
  • Por último, en el área desconocida, es donde se incluye todo aquello que desconocemos de nosotros mismos y que también desconocen los demás. En ella buscamos aprender cosas sobre nosotros que desconocemos. 

Para poder realizar el ejercicio es recomendable realizar una lista con aquellas características que creas que te definen como persona. A continuación, pide a personas cercanas a ti que creas que te conocen bien y pídeles que hagan lo mismo, que redacten una lista con rasgos que te definan.

Aquellos rasgos que hemos identificado nosotros y los demás en las diferentes listas los clasificaremos como rasgos públicos. Aquellos que los demás han señalado, pero nosotros no, los incluiremos en los rasgos ciegos. Aquellos rasgos que hemos mencionado nosotros en la lista, pero los demás no, los colocaremos en el cuadrante de rasgos ocultos. En lo que se refiere al área desconocida es la más difícil de averiguar, una buena forma de indagar en ella sería salir de nuestra zona de confort. Podemos enfrentarnos a nuevas situaciones o crear situaciones ficticias en imaginación, o realizar preguntas reflexivas sobre temas que nunca antes nos hayamos planteado.

Existe una gran variedad de ejercicios dedicados a la introspección, dependiendo del objetivo en el que nos centramos. En definitiva, la introspección nos ayuda a identificar las emociones, analizar los pensamientos, creencias y valores, explorar las motivaciones y objetivos, y observar los patrones de conducta. 

¿Crees que, sin unos valores y objetivos claros, estás cerca de convertirte en lo que de verdad quieres ser? ¿Sabes distinguir entre quién eres, quién quieres ser y quien dices ser?

Si nos conocemos a nosotros mismxs podremos estar más en consonancia con nuestros valores y objetivos. Sin embargo, si actuáramos de forma incongruente con nosotros mismos aumentaría nuestra sensación de malestar que nos dificultaría la consecución de nuestras metas. Puedes comenzar haciéndote esta primera pregunta de reflexión, ¿Por qué has decidido ahora comenzar un proceso de introspección y no antes?

Marta Martín

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