En la sociedad actual, observamos un fenómeno de normalización en diversos contextos, como el familiar, laboral, escolar y cultural
Este proceso implica la aceptación y justificación de comportamientos que, en otros contextos, podrían ser considerados patológicos. La pregunta crucial es: ¿es esta normalización beneficiosa o perjudicial? ¿Qué implica realmente aceptar comportamientos problemáticos como normales?
Definiendo Normalización
La normalización puede definirse desde dos perspectivas:
Como Carga Simbólica: Se refiere a los comportamientos y pensamientos que se asumen colectivamente como parte de la educación y la imitación de modelos sociales (Romero Morett & Bañol López, 2020).
Como Proceso Social: Involucra aceptación, tolerancia y convivencia con modelos de conducta que, aunque puedan parecer patológicos, se integran en la vida cotidiana.
Comportamientos Patológicos y su Normalización
El fenómeno de la normalización se manifiesta claramente en la aceptación de comportamientos que podrían considerarse patológicos, tales como el uso excesivo de tecnologías y medios digitales. Estos comportamientos incluyen:
Uso de Móviles, Videojuegos y Redes Sociales: La dependencia excesiva de estos dispositivos puede llevar a problemas como la adicción, la disminución del rendimiento académico y la alteración de la conducta. Los videojuegos, por ejemplo, pueden interferir con el rendimiento escolar y provocar irritabilidad cuando se retiran.
Uso Excesivo de Internet y Teléfonos: El gasto excesivo de tiempo hablando por teléfono o en redes sociales puede deteriorar la comunicación y las relaciones sociales. Estas conductas también pueden provocar malestar y síndrome de abstinencia cuando se suspenden.
Preguntas Clave
Frente a la normalización de conductas patológicas, surgen preguntas importantes:
¿Estamos Normalizando Conductas Patológicas?: La aceptación de comportamientos como el uso compulsivo de tecnologías sugiere que estamos integrando conductas problemáticas en nuestra cotidianidad, perdiendo la capacidad de reconocerlas como anómalas.
¿Qué Podemos Hacer al Respecto?: Desde una perspectiva psicológica, es crucial intervenir para moderar estas conductas. Las acciones pueden incluir:
- Educación y Conciencia: Informar a las personas sobre los riesgos asociados con el uso excesivo de tecnología.
- Intervención Psicológica: Implementar estrategias para gestionar el uso de dispositivos y redes sociales, como el establecimiento de límites de tiempo y la promoción de actividades alternativas.
- Desarrollo de Habilidades Sociales: Fomentar la comunicación y las relaciones interpersonales saludables para contrarrestar los efectos negativos de la dependencia tecnológica.
¿Estamos Aceptando Conductas Anómalas como Normales?
La normalización de comportamientos patológicos puede tener implicaciones profundas para la salud mental y el bienestar social. Es esencial reconocer cuándo estamos aceptando conductas problemáticas como normales y tomar medidas para moderarlas. La intervención psicológica y la educación son herramientas clave para manejar estos desafíos y promover un equilibrio saludable en la vida cotidiana.